Para mi Hermana

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Dios me concedió la gracia de tener una hermana. ¡Cuantas cosas hemos compartido.

Dios me concedió la gracia de tener una hermana.
¡Cuantas cosas hemos compartido durante tantos años!
Sabemos que nos unen lazos que permanecerán mientras vivamos.
Juntas hemos vivido todas las cosas buenas y malas, las salidas con nuestros padres,
las visitas a familiares.
Mi hermana conoce mis debilidades y yo conozco las suyas.
Por tanto tiempo que hemos compartido juntas mi hermana es mi amiga.

Con ella puedo llorar de alegría y llorar de pena, pues sé que siempre saldré consolada
de su lado.
El cariño que me une a mi hermana no sabe de distancias ni de enojos, ella es mi amiga,
con la cual puedo compartir miles de secretos y esperar sus sabios consejos de hermana…
¡Nos unen tantas cosas!…. desde nuestras raíces, desde nuestros padres terrenales,
hasta nuestro Padre Celestial,
Nunca nos faltan palabras para contarnos nuestras cosas, o compartir las cosas de
nuestros hijos.

Nuestra forma de ver las cosas no siempre coinciden pero si siempre llegamos al mismo
fin, que es la felicidad y el amor de nuestra familia.

Muchas veces que nos miramos no podemos ser mas iguales, otras en cambio, somos
¡tan diferentes!
Pero nuestro amor es incondicional.
Lo mejor de que seamos hermanas es el sentimiento de amor profundo que nos tenemos,
las dos hemos tomado nuestro propio camino…
tenemos nuestros propios hogares, luchamos de diferentes maneras, gozamos de
nuestros propios hijos;

Pero siempre cerca una de la otra, por cualquier necesidad.
Contar contigo ha sido un regalo que Dios ha puesto en mi vida, y deseo agradecérselo
de todo corazón.
«Que la vida te colme de bendiciones».
Te prometo estar a tu lado para compartirlas.

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