¿Por qué no es bueno usar Crocs?

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A muchas personas les encanta usar crocs por su comodidad, forma y colores divertidos. Otras, en cambio, les parecen horribles y además afirman que les generan mal olor en los pies.

Si los pies pudieran hablar, narrarían historias de cuarentenas injustificadas en zapatos apretados. Los dedos rogarían por un masaje y el talón por un poco de crema para saciar la resequedad de los talcos matutinos. Por las noches, tal vez, estarían descansando en la cabecera de un sofá o en agua caliente, pero en cambio se conforman con la oscuridad de las cobijas. Ahora que el mundo está en cuarentena, los pies cambiarían su discurso.

Esta vez estarían un poco más agradecidos por sentir el peluche de las pantuflas, la suavidad de los crocs y la libertad que dan las sandalias. Quizás solo la planta del pie ponga problema. Lo cierto es que, a pesar de que el pie está más descansado durante esta cuarentena, no se puede abusar del uso prolongado de las pantuflas, así esté todo el día en la casa.

“Si el pie pasa mucho tiempo en zapatos planos como los crocs, pantuflas o sandalias, pueden atrofiar la fascia plantar, es decir, el tejido que sostiene a todos los músculos del pie”, comenta el doctor Gustavo Rincón, jefe servicio de ortopedia en el Hospital San José de Bogotá. A esta afirmación se une el estudio del Institute Bone and Joint de Illinois, en donde analizaron los pies de 500 personas que han usado crocs o zapatos planos durante más de un mes.

“Encontramos problemas de tendinitis, empeoramiento de las deformidades de los dedos, problemas en las uñas, callos y callosidades, provocadas por el diseño que no asegura el talón y la fricción del pie con el material de goma”, comenta la doctora Megan Leahy, autora del estudio.

Todo en exceso es malo, incluso este aparente descanso

Antes de echar en la bolsa de la basura los crocs y satanizar al uso de las pantuflas, el doctor Rincón interviene y asegura que puede seguir usándolos siempre y cuando no sea todos los días durante toda la semana.

“Personalmente, los crocs me parecen cómodos, pero siempre y cuando su uso sea limitado. Por ejemplo, nosotros los cirujanos utilizamos unos muy parecidos para operar, pero es solo para ese momento, porque no deberíamos salir a la calle con ellos”.

Entre otras consecuencias está la deformidad de sus dedos, callosidades, esguinces, tendinopatías e incluso juanetes. “Su uso prolongado provoca fascitis plantar, lo que popularmente se conoce como ‘dolor en el espolón’, debido a que los dedos necesitan hacer un esfuerzo extra para darle mayor equilibrio al cuerpo”, explica Rincón.

Por otro lado, estos dolores pueden variar según el tipo de pie que tenga. Por ejemplo, si tiene el pie plano o muy curvo y usa sandalias todo el día, es más probable que desarrolle la fascitis plantar.

A esto se le debe sumar que si usa crocs o sandalias, es necesario que lo haga con medias, ya que el material de estos calzados, al ser de goma en su mayoría, le provocaría hongos, humedad, picazón y otras afecciones dermatológicas.

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