Padre Celestial, vengo hoy a ti
a darte gracias por los hermanos que me diste,
porque con tu cuidado tú los has guardado.
Te ruego en este momento
que toques sus corazones y el mío para que nos unamos,
que pongamos la familia y
el bienestar de todos en alta estima.
Te pido, Dios nuestro,
que bendigas la labor que cada uno hace,
que seas luz en sus caminos,
para que no haya tropiezos para ellos.
Toma en tus brazos a los más sensibles,
aliéntalos y consuélalos cuando están tristes o dolidos.
Quita de en medio de nosotros toda barrera
que se haya interpuesto para evitar la armonía.
Haz que la humildad y tu sabiduría sea la salida,
que el perdón y la restauración tenga lugar,
bendice Señor nuestro fraternal andar.
Quiero, Dios mío, que me ayudes a hacer mi parte,
que pueda ser un motivador del cambio
para que el amor fluya en mi familia,
entre mis hermanos y que se riegue alrededor.
Te necesitamos cerca, Dios nuestro,
haznos sensibles a tu voz, con manos dispuestas
y corazones sencillos para que seamos uno,
como tú lo eres con tu Hijo Jesús.
Todo te lo pido dándote las gracias
por cada hermano que me has dado,
soy afortunada de tenerlos a mi lado.
Amén.
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