El baño es una estancia que enseguida acumula malos olores, por la humedad y las necesidades que allí satisfacemos. Ventilarlo es siempre importante, y antes de plantear ningún tipo de ambientador, debes tener esa parte asegurada. Bien con ventana, bien con extractor.
De lo contrario, cualquier perfume que añadas solo se acumulará sobre los malos olores, empeorando el efecto.
Dicho esto, ambientar el baño de forma discreta, sutil y efectiva es algo muy fácil de conseguir. Y no necesitas ningún ambientador químico de recarga. ¡Quédate con estos 3 trucos para perfumar el baño!
Perfumar el baño con ambientadores caseros
Fabricarte un ambientador casero es bien fácil. Para el recipiente, sólo necesitas:
Algún tarro de cristal, específico, o reaprovechando un vaso de yogur, por ejemplo.
Tela que transpire para cubrirlo. El tul ofrece un rango de colores mucho más amplio que encajará con la decoración de cualquier baño. La arpillera es más limitada en colorido, pero su toque rústico queda siempre de miedo. Pero, además de decorar, lo que importa es que deje pasar el aire.
Una cuerda o cordón para fijar la tela sobre la boca del recipiente.
Con estos elementos, lo único que te falta es introducir los elementos que proporcionen un perfume. Y la naturaleza nos proporciona infinidad de ellos. Algunas ideas:
Cáscaras de limón o naranja, que desprenden un agradable y duradero olor a cítricos.
Ramas de canela, muy duraderas.
Clavos (de especia).
Lavanda
Tomillo
Romero
Hierbabuena seca
Pon uno o dos de estos en tu baño, y verás que olor tan sutil y agradable.
El truquito del aceite esencial escondido para perfumar el baño
Los aceites esenciales son fabulosos porque, primero, los hay en infinidad de aromas, y segundo, con muy poca cantidad proporcionan un perfume muy duradero.
Pero claro, tener un quemador de aceite en el baño es un engorro, ocupa espacio y te obliga a encenderlo y vigilar que no se acabe. Nada práctico. ¿Dónde poner el aceite, pues, de forma que no moleste y no haya que vigilarlo? Pues muy fácil: en el cartón del rollo de papel higiénico.
Ten siempre en el baño un frasquito con tu aceite esencial preferido (vainilla, rosa, bosque, sándalo, jazmín…), y cada vez que cambies el rollo, echa unas simples gotitas en el interior del cartón.
El cartón se empapará superficialmente del aceite, y dispensará un agradable perfume todo el tiempo que lo tengas en uso.
Combo de aceite y bicarbonato
Si el baño tiene una mala ventilación y además de perfumar necesitas ayuda para acabar primero con el mal olor, puedes utilizar los aceites esenciales de otra manera.
En un recipiente como el del ambientador que explicamos en primer lugar, pero de cristal opaco, o ni que sea en un tupper con la tapa agujereada que puedas esconder en cualquier parte, pon bicarbonato, y échale unas gotitas de aceite esencial.
El bicarbonato se encargará de atrapar los malos olores, mientras que el aceite se dispersará aromatizando el ambiente.
De esta forma tendrás siempre un baño con olor, primero, a limpio, y luego, a tu esencia favorita.
Ya ves qué fácil es perfumar el baño con poco dinero y en cuestión de minutos. ¿Para qué complicarte la vida o gastar de más en recambios artificiales?
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