Jamás se olvidan, siempre vivirán en nuestro corazón. Recordemos que la vida sigue, aprendimos a vivir con ellos, y ahora nos toca aprender a vivir sin ellos.
A veces tienes que reír a través de las lágrimas, sonreír a pesar del dolor y vivir a través de la tristeza. El tiempo te dará paz y te enseñara aceptar su partida. En verdad duele, duele mucho, porque cada día se sienta más su ausencia, no se supera el dolor, pero se aprende a vivir con él.
“Hay recuerdos que nunca se borrarán y personas que nunca se olvidarán, aunque lo intentemos.”
Cuando se pierde un ser querido, la tristeza es inevitable, y es un precio que tenemos que pagar por haber amado a esa persona. Por obligación todos lo que estamos vivos tenemos que pasar por ese proceso, y aunque resulte difícil al principio, debemos llegar a la aceptación de que físicamente esa persona no están con nosotros. Un ser amado Nunca se olvida, solo se aprende a vivir sin él.
“Solo me queda el consuelo de pensar, que alguien que ahora está en el cielo, vela por mí.”
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