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Fabrica tu propio rompehongos natural para las uñas

Los hongos en las uñas son un problema que debe tratarse, no solo por cuestiones de estética, sino por salud. Por ello, es necesario acudir al médico para recibir el tratamiento adecuado para nuestro caso.

La onicomicosis (también conocida como ‘tiña‘) es una de las infecciones más comunes que puede afectar a las uñas y, en concreto, la lámina ungueal. Esta se origina por la acción de los dermatofitos, levaduras o mohos no dermatofitos, microorganismos patógenos que crecen con facilidad en ambientes húmedos y cálidos.

Suele afectar con mayor frecuencia a las uñas de los pies, sin embargo, también puede afectar las uñas de las manos. Y se caracteriza por provocar más síntomas visibles que sensitivos, en especial cuando apenas se está empezando a desarrollar.

Esta afección hace que las uñas tengan un mal aspecto y presenten alteraciones varias en cuanto forma, tamaño, color e incluso olor. Por ello pueden apreciarse amarillentas, gruesas y quebradizas (o escamosas), mientras que la piel de sus alrededores se ve inflamada y rojiza.

Cuando no se aplica el tratamiento adecuado, se corre el riesgo de que la uña se debilite y se caiga. Debido a esto es primordial prestarle atención desde sus etapas iniciales y seguir las indicaciones del médico.

Receta del rompehongos para las uñas

El rompehongos se prepara fácilmente a partir de tres ingredientes con propiedades antimicrobianas y antibacterianas: vinagre blanco, agua oxigenada y alcohol etílico.

Ingredientes
5 cucharadas de alcohol etílico al 90 % (50 ml).
5 cucharadas de agua oxigenada (50 ml).
2 cucharadas de vinagre blanco (20 ml).

Utensilios
1 recipiente de vidrio (con tapa).
1 cuchara de metal o plástico.

Procedimiento
Coloca el agua oxigenada y el alcohol etílico en un recipiente de vidrio.
Incorpora el vinagre blanco y agita para que todo quede bien integrado.
Tapa el frasco y déjalo en un lugar fresco y seco.
Lava muy bien la uña afectada.
Sécala con una toalla suave y aplícale un poco de tratamiento con la ayuda de un algodón.
Si está demasiado gruesa, lima con cuidado su superficie y frota el preparado.
Úsalo con regularidad a la par del tratamiento pautado por el médico para obtener buenos resultados.

En caso de que tengas hongos en las uñas de los pies, procura desinfectar tus zapatos, calcetines y todo tipo de elementos (toallas, por ejemplo), con un poco de bicarbonato de sodio, para asegurarte de no volver a infectarte.

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