Dormir con tu mascota puede ser un hábito muy común que aparentemente es inofensivo para la salud, sin embargo, la comunidad médica opina lo contrario. De las 250 enfermedades zoonóticas conocidas más de 100 corresponden a la convivencia de personas y sus animales domésticos.
A pesar de las normas de higiene que se mantengan en el hogar, los animales caseros, por muy vacunados y saludables que sean, también son transmisores de infecciones a través de los parásitos, bacterias y virus que portan de forma natural.
Alergia
Existen razas de perro que son 100% hipoalergénicas, como los bichones malteses, lo que garantiza que en principio no desarrollarás o padecerás una alergia. Pero todos y cada uno de los perros son excelentes vehículos para transportar ácaros, propios (producto de su escamación) y ajenos (que recogen del ambiente), lo que quiere decir que además del millón y medio de ácaros que se supone que hay en tu cama (y en la de todos) tienes a un polizón que constantemente está añadiendo más. Esto puede producir o intensificar alergias humanas. Ten en cuenta que cuando dormimos somos muy vulnerables, nuestra vestimenta es muy ligera y pasamos tiempo con la boca abierta o con la nariz pegada a la almohada y las sábanas, por tanto cuanto más higiene menos probabilidad tendremos de desarrollar una alergia.
Entre las infecciones más frecuentes transmitidas a las personas luego de dormir con su perro o su gato, por besarlos o por recibir lamidas se cuentan el anquilosotoma, la tiña, los nemátodos, la enfermedad del arañazo de gato, las infecciones por estafilococo resistentes a los medicamentos, problemas respiratorios o de alergia. Adicionalmente a esto, los especialistas sostienen que estas personas suelen desarrollar trastornos del sueño.
Los ciclos de sueño de los animales son distintos a los de las personas, de hecho, investigaciones señalan que quienes duermen con perros o gatos tardan más en conciliar el sueño y se despiertan varias veces en la noche por ronquidos.
La mascota como apoyo emocional
Las mascotas son una compañía formidable en casa, favorecen la salud emocional y mental de las personas, ayudan a reducir la presión arterial, incrementan la actividad física, reducen el estrés, alivian la depresión, son excelente compañía para ancianos y niños y mejoran el estado de ánimo. Pero es importante entender que humanizar esta relación al punto de dormir con ellas a veces implica un riesgo a la salud.
Para muchos psicólogos compartir la habitación con la mascota es una buena estrategia para atender el miedo de un niño que le teme a la oscuridad o el de una persona que atraviesa episodios de depresión.
Normas a tomar en cuenta
La higiene es fundamental para que esta estrecha convivencia con tu mascota resulte lo más segura posible.
Asegúrate de que tu perro o gato tenga las vacunas correspondientes y sean desparasitados.
En el caso del perro habitúalo al baño regular así como la revisión del pelaje para detectar pulgas, garrapatas y gusanos. También es necesario que hagas examinar a tu mascota regularmente por un veterinario.
De ser posible, permite que duerma en el cuarto mas no en tu cama, puedes acondicionarle un lugar cómodo para y seguro para ti.
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