Estas plantas adaptógenas ayudan a tu cerebro a concentrarse, recordar o tomar decisiones con claridad. Así no serás víctima del estrés.
Sabes lo que tienes que hacer para mejorar tu salud física: comer alimentos naturales enteros y limpios, hacer ejercicio para poner en forma los sistemas cardiovascular y respiratorio, y cuidar los pensamientos y las emociones.
Pero llevar a cabo estas medidas exige que el cerebro se sienta capaz de controlar las diferentes situaciones para tomar las decisiones correctas. La serenidad es un buen camino. Además existen plantas medicinales que tienen un efecto adaptógeno: es decir, ayudan al cerebro a superar las circunstancias estresantes.
UNA AYUDA NATURAL FRENTE AL ESTRÉS
Las plantas medicinales adaptógenas promueven el equilibrio y evitan las efectos nocivos del estrés en el cuerpo. Consiguen que nos sintamos más animados y capaces. Algunas incluso mejoran la memoria, la claridad del pensamiento y la concentración.
La ashwaganda, la rhodiola, la maca, la cúrcuma y el ginseng siberiano son plantas en general seguras, pero debes consultar con tu médico si deseas tomar alguna de ellas de manera regular y estás tomando algún medicamento o sufres algún trastorno.
Pueden interactuar con antidepresivos, las píldoras anticonceptivas o los tratamientos para la diabetes y la tiroides.
La ashwagandha te aclara las ideas
El polvo de la raíz de ashwagandha (Withania somnifera) es un adaptógeno muy eficaz y sus beneficios cerebrales no defraudan.
La ashwagandha es una de las principales plantas de la milenaria medicina tradicional de la India, el ayurveda. Los estudios han demostrado que promueve la cognición saludable, mejorando la memoria y reduciendo la confusión en el cerebro.
De hecho, se ha demostrado que promueve la formación de dendritas transmisoras de mensajes entre neuronas e imita al neurotransmisor GABA, un poderoso calmante en el cerebro. Existen estudios que sugieren su eficacia para prevenir y tratar el alzéihmer y el llamado trastorno por déficit de atención.
La rodiola aumenta tus capacidades intelectuales
Menos conocida que la ashwaganda, pero no menos potente, la rodiola (Rhodiola rosea) es una raíz ártica con enormes beneficios para la mente.
Reduce el estrés a la vez que aumenta la sensación de poder, de capacidad mental. Se puede comprobar en la mejoría de la capacidad de concentrarse en una tarea. Hace que las neuronas sean más sensibles a los neurotransmisores.
En medicina natural se utiliza para tratar la depresión. Además posee propiedades antiinflamatorias y se considera un protector frente al deterioro de las neuronas.
La cúrcuma protege y regenera tus neuronas
La cúrcuma contiene curcumina, el pigmento que le da su característico color anaranjado y que posee un reconocido efecto antiinflamatorio.
Además la curcumina posee propiedades estimulantes y protectoras de las neuronas, razón por la cual se investiga su utilidad para aquellas personas que han sufrido un derrame cerebral o que padecen alzhéimer.
Otras investigaciones han demostrado que la curcumina puede poseer poderosas cualidades antidepresivas, lo que la convierte en una opción natural y sin efectos secundarios para quienes padecen depresión leve y moderada.
El ginseng siberiano acelera tus procesos cerebrales
El ginseng siberiano (Eleutherococcus senticosus) acelera los procesos cerebrales, lo que mejora nuestro tiempo de reacción y produce otros beneficios mentales y físicos.
Según varios estudios, mejora la capacidad para recordar mejor a personas, lugares, ideas y cosas.
También puede potenciar la capacidad de una persona para aprender y absorber nueva información, lo cual es crucial, especialmente a medida que envejecemos.
La maca te da equilibrio anímico
Con un sabor parecido al caramelo en polvo, la maca (Lepidium meyenii) es solo un potente eliminador de estrés y además un equilibrador hormonal.
En realidad, estímula el funcionamiento general del cerebro, lo que se puede percibir como una mayor claridad mental.
Con la suplementación regular, consigue equilibrar el estado de ánimo. Estabiliza los cambios de humor, la depresión o la ansiedad.
Además la maca tiene propiedades antioxidantes que actúan especialmente sobre los neurotransmisores.
MEDICAMENTOS NATURALES PARA EL ALZHÉIMER
Existen muchos métodos naturales para retrasar o prevenir esta enfermedad. Aquí te dejamos instrucciones para preparar tres brebajes distintos que ayudarán a mejorar la salud cerebral del paciente.
El Ginkgo biloba
Este extracto vegetal es conocido como la hierba más vendida en EEUU. Se compone de varios elementos que pueden afectar de manera positiva las células del cerebro y el cuerpo. Posee propiedades antinflamatorias y antioxidantes, lo cual contribuye a proteger las membranas celulares y a regular la función del neurotransmisor.
Según los estudios, el Ginkgo es especialmente beneficioso para los pacientes que se encuentran en las primeras etapas del alzhéimer.
Este extracto vegetal puede tener resultados tan positivos como las drogas inhibidoras de la acetilcolinesterasa. Aun así, todavía son necesarias investigaciones que profundicen el abordaje del Ginkgo como base de drogas bajo prescripción médica.
Para preparar un medicamento natural para el alzhéimer a base de Ginkgo debes hervir en una taza de agua dos cucharadas de esta hierba durante tres minutos. Luego, retiras el brebaje del fuego y lo dejas reposar. Se recomienda beber una taza a diario.
Hierba de asno
La hierba de asno puede ser utilizada como tratamiento natural del alzhéimer si se prepara adecuadamente. Para esto, vierte una cucharada de hierba de asno en una taza de agua hirviendo. Posteriormente, tapa el preparado, lo cuelas y lo dejas enfriar. Una taza diaria de este brebaje ayudará a prevenir esta enfermedad cerebral.
Grosella negra
Vierte dos cucharadas de grosella negra en una taza de agua hirviendo. Tapa, cuela y deja refrescar el brebaje. Se recomienda beber tres tazas a la semana.
OTRAS RECOMENDACIONES
A parte de buscar un tratamiento natural del alzhéimer, hay otras medidas generales que pueden contribuir con la salud mental del paciente, tales como:
– Adoptar una dieta mediterránea
– Consumir vegetales de hojas verdes
– Comer alimentos ricos en vitamina E
– Evitar alimentos ricos en grasas saturadas animal y trans
– Consumir frutas ricas en antioxidantes y el mineral selenio
– Comer pescado
– Hacer ejercicio
– Evitar las pérdidas injustificadas de peso
– Acudir a grupos de apoyo
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